Como un clarinazo que anuncia la proximidad de un evento importante, los partidos y movimientos políticos de Chile están poniendo en orden sus fichas para enfrentar con éxito las próximas elecciones municipales. En medio de una atmósfera cargada de expectación, se afinan estrategias, se alistan candidatos y se negocian alianzas para irrumpir con fuerza en la arena política local.
Las dificultades, como olas que se resisten a la calma, han azotado con fuerza a todos los bandos. Un caso emblemático ha sido el de Chile Vamos en Las Condes, donde se ha desatado una batalla campal por la preferencia de la UDI entre Peñaloza y Cubillos. No obstante, como en toda tempestad, poco a poco comienza a vislumbrarse el sosiego y la serenidad, aunque todavía quedan coletazos por enfrentar.
En la comuna de Maipú, la derecha ha echado todas sus cartas sobre la mesa y ha apostado por Rodrigo Delgado, exministro del Interior. Sin embargo, Delgado no la tendrá fácil. Frente a él se alza la figura de Tomás Vodanovic, quien ha logrado consolidar su posición y se presenta como un rival de peso.
En medio de este escenario, apareció un comodín que ha sacudido el tablero político: Aldo Duque. Este abogado, cuyo nombre no figuraba en los planes de nadie, sorprendió a propios y extraños al anunciar su candidatura durante la última edición del programa «Sin Filtros».
Con voz firme y decidida, Duque aseguró estar cansado de los «chorros» y prometió «dar la batalla para salvar a Santiago». «He resuelto, iniciar todos los trámites para que mi nombre esté en una papeleta en el mes de octubre», expresó, dejando en claro su determinación de entrar en la contienda.
Duque, recordado por su polémico papel como defensor de Francisco Errázuriz y del hijo de Pinochet, así como de varias figuras del espectáculo y el bajo mundo, fue vitoreado por el propio Gonzalo Feito quien, en un gesto de apoyo, le gritó «vamos Dukele, vamos carajo!», aludiendo al presidente Nayib Bukele.
La candidatura de Duque ha desatado un torbellino de reacciones. Mientras algunos celebran su irrupción en la política como un soplo de aire fresco, otros se muestran escépticos y lo acusan de intentar «verle la cara a la gente».
Este nuevo giro en las elecciones municipales deja en evidencia la efervescencia del panorama político chileno. Con candidatos sorpresa y luchas internas por la preferencia de los partidos, los ciudadanos se preparan para ejercer su derecho al voto en un escenario marcado por la incertidumbre y la expectativa.
Los próximos meses serán cruciales para definir el rumbo de las comunas. Mientras tanto, los partidos y movimientos políticos seguirán trabajando incansablemente para conquistar el favor del electorado. Sin duda, las elecciones municipales de este año prometen ser un hito en la historia política de Chile.