El próximo 29 de marzo la ciudad de Puebla acogerá una de las ceremonias religiosas más importantes y concurridas de América Latina, la Procesión de Viernes Santo. Este evento, considerado como el más grande de su tipo en la región, se celebrará en el primer cuadro de la ciudad, transitando por diversas vialidades con la participación de siete imágenes religiosas.
La Procesión de Viernes Santo ha sido una tradición en la capital poblana por más de 32 años. En esta edición se espera una participación de alrededor de 160 mil fieles creyentes provenientes de diversas demarcaciones del estado, lo que subraya la relevancia y el alcance de este evento religioso.
El arzobispo Víctor Sánchez Espinosa tendrá el honor de encabezar la procesión, marchando junto con siete de las imágenes más veneradas del catolicismo poblano. Entre estas imágenes se incluyen la Virgen de la Soledad, la Virgen de los Dolores, el Señor de las Maravillas, el Señor de las Tres Caídas, Jesús de Nazaret, Jesús de la Misericordia y el Santo Niño Doctor de los Enfermos.
El punto de encuentro para los fieles y las imágenes sagradas será el atrio de la Basílica Catedral de Puebla, a partir de las 11:30 horas. A las 12:00 horas, el arzobispo Víctor Sánchez llevará a cabo una misa en la que se desarrollará la primera reflexión antes de iniciar el recorrido por el Centro Histórico.
El recorrido continuará por la 16 de Septiembre, avanzando sobre la avenida Juan de Palafox y Mendoza hasta la 2 Norte. Posteriormente, se doblará hasta la 4 Oriente-Poniente y se caminará hasta la 11 Norte, lugar donde se realizará la segunda reflexión. Las congregaciones retornarán por Avenida Reforma hasta la 16 de Septiembre, culminando la tercera reflexión en el atrio de la Catedral de Puebla, donde se espera que el arribo sea a las 15:00 horas.
La Procesión de Viernes Santo implicará diversos cierres viales en el primer cuadro de la ciudad, iniciando a las 9:00 horas y finalizando a las 17:00 horas. Los cierres se realizarán desde la 11 Norte-Sur a la altura de avenida Reforma, así como en el Bulevar 5 de Mayo, en el polígono de la 18 Oriente a la 17 Oriente, es decir, desde la Iglesia de San José hasta El Carmen.
Para supervisar el evento religioso y las actividades relacionadas, la Dirección de Tránsito Municipal desplegará 180 elementos en el Centro Histórico. Este despliegue es un componente crucial para garantizar que la procesión se desarrolle de manera segura y ordenada, minimizando los inconvenientes para los residentes de la ciudad y los participantes del evento.
La Procesión de Viernes Santo es un evento de gran importancia para la comunidad católica de Puebla y los visitantes de otras demarcaciones. Es una expresión de fe y devoción que reúne a miles de fieles cada año, y que se ha consolidado como una de las manifestaciones religiosas más grandes y emblemáticas de la región.
Pese a los cierres viales y las posibles molestias que esto pueda generar, la celebración de la Procesión de Viernes Santo es un evento que la comunidad de Puebla espera con ansias cada año, y que se ha convertido en una parte integral de las tradiciones y la identidad de la ciudad. La procesión es un evento que aúna el fervor religioso con la tradición cultural, y que sirve como un recordatorio de la importancia de la fe en la vida de muchas personas en la región.
En términos prácticos, la Procesión de Viernes Santo es también un evento que requiere de una organización y coordinación logística considerable. El despliegue de elementos de tránsito, los cierres viales y la participación de cientos de miles de personas son solo algunos de los aspectos que se deben gestionar para garantizar que el evento se desarrolle sin contratiempos.
Cabe destacar que, a pesar de la magnitud de la procesión, este evento religioso se ha llevado a cabo de manera exitosa durante más de tres décadas, lo que habla del compromiso de la comunidad y las autoridades de Puebla por mantener viva esta tradición.
En conclusión, la Procesión de Viernes Santo en Puebla es más que un evento religioso. Es un evento que reúne a la comunidad, refuerza la identidad local y ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la fe y la devoción en la vida cotidiana. Aunque el evento puede causar algunas molestias temporales en términos de cierres viales, la importancia y el valor del evento para la comunidad superan con creces estos pequeños inconvenientes.